domingo, 16 de agosto de 2009

Lectura


La lectura , una fuente básica para el conocimiento humano. Sin duda se han escrito muchos libros , eso esta claro , pero desde luego muy pocos son grandes obras de la literatura universal y aun menos libros nos han hecho reflexionar.

Este año, en clase de literatura hispanica , hemos dado la literatura española contemporanea , desde el romanticismo dieciochesco hasta las nuevas corrientes literarias. Muy aburrido todo y estudiarlo aun mas , sin embargo , la hora en la que la profesora traía pedazos de obras. Podría traer obras sin importancia y muy aburridas , sin embargo tenía el don de seleccionar algunos de los mejores textos que he leído en mi vida. Hoy quiero compartir uno romantico con vosotros (romantico porque es del romanticismo) :

Se títula "El estudiante de Salamanca" y es de Espronceda , un escritor español.


Era más de media noche,
antiguas historias cuentan,
cuando en sueño y en silencio
lóbrego envuelta la tierra,
los vivos muertos parecen,
los muertos la tumba dejan.
Era la hora en que acaso
temerosas voces suenan
informes, en que se escuchan
tácitas pisadas huecas,
y pavorosas fantasmas
entre las densas tinieblas
vagan, y aúllan los perros
amedrentados al verlas:
En que tal vez la campana
de alguna arruinada iglesia
da misteriosos sonidos
de maldición y anatema,
que los sábados convoca
a las brujas a su fiesta.
El cielo estaba sombrío,
no vislumbraba una estrella,
silbaba lúgubre el viento,
y allá en el aire, cual negras
fantasmas, se dibujaban
las torres de las iglesias,
y del gótico castillo
las altísimas almenas,
donde canta o reza acaso
temeroso el centinela.
Todo en fin a media noche
reposaba, y tumba era
de sus dormidos vivientes
la antigua ciudad que riega
el Tormes, fecundo río,
nombrado de los poetas,
la famosa Salamanca,
insigne en armas y letras,
patria de ilustres varones,
noble archivo de las ciencias.
Súbito rumor de espadas
cruje y un ¡ay! se escuchó;
un ay moribundo, un ay
que penetra el corazón,
que hasta los tuétanos hiela
y da al que lo oyó temblor.
Un ¡ay! de alguno que al mundo
pronuncia el último adiós.





Imágenes terroríficas para aquella época en la que la gente tenía miedo de su propia sombra.


1 comentarios:

fran91 dijo...

que buena Literatura . . . siempre considere que la literatura no es mas que el mero reflejo de lo que somos y sentimos como sociedad . . .marca el rumbo del mundo, un quiebre . . .somos lo que escribimos y escribimos lo que soñamos

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